
En un emotivo y respetuoso homenaje, los cuerpos de los 11 soldados ecuatorianos asesinados durante una operación militar en Alto Punino, Orellana, fueron despedidos con honores en el Grupo de Fuerzas Especiales N.° 53 Rayo, en Sucumbíos. La ceremonia incluyó una capilla ardiente y la participación de familiares, autoridades y compañeros de armas.
Posteriormente, los féretros fueron trasladados a Quito a bordo de un avión C-130 de la Fuerza Aérea Ecuatoriana. A su llegada, la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro recibió a los caídos con una calle de honor formada por cadetes, en una escena cargada de simbolismo y patriotismo.
Las honras fúnebres continuarán con ceremonias militares antes del traslado final de los restos a sus respectivas ciudades de origen. Las Fuerzas Armadas reiteraron su compromiso con la memoria y legado de los uniformados, cuya entrega representa un acto de heroísmo al servicio de la nación.