
Miles de ecuatorianos con insuficiencia renal enfrentan una grave incertidumbre por la crisis financiera que afecta a las clínicas privadas de diálisis. El Estado, a través del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y el Ministerio de Salud Pública, mantiene una deuda que hasta abril de este año supera los USD 200 millones, poniendo en jaque la continuidad del tratamiento para 20 000 pacientes.
Desde 2008, la diálisis está cubierta por el sistema público, al ser reconocida como una enfermedad catastrófica. Sin embargo, el 88% de los tratamientos se derivan a clínicas privadas, debido a la insuficiente capacidad del sistema estatal.
Estas instituciones, ahora en crisis, reportan retrasos de más de un año en los pagos por parte del Gobierno. A pesar de que el IESS afirma haber pagado USD 113 millones en 2024 y USD 65,5 millones en 2025, aún no concluye las auditorías necesarias para cancelar la totalidad de lo adeudado.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud ha recurrido al pago con bonos de deuda, que las clínicas han tenido que revender para acceder a liquidez inmediata. El impacto ya es visible: reducción en sesiones de diálisis, eliminación de análisis y medicamentos, e incluso el cierre de clínicas.
Gabriela Álvaro, paciente renal, denunció que algunos centros han recortado tiempo o eliminado sesiones semanales, obligando a los enfermos a costear insumos esenciales. En ciertos casos, los pacientes han pagado más de USD 40 por kit de diálisis. Trágicamente, algunos no han sobrevivido.
Roberto García, otro paciente afectado, relató haber sido advertido hasta en tres ocasiones que no se realizaría su tratamiento por falta de insumos.
Dependemos de una máquina, pero también de que el Estado cumpla con sus obligaciones
Señaló Roberto García, paciente afectado.
La Asociación de Clínicas y Hospitales Privados del Ecuador (ACHPE) exige una solución urgente. Su presidenta, Ana Delgado, advirtió que la deuda acumulada, sumada a una propuesta de reducción tarifaria del IESS (de USD 1.456 a USD 1.100 mensuales por paciente), amenaza la sostenibilidad del sistema y la salud de los pacientes.
El IESS justifica la propuesta señalando que las tarifas están sujetas a revisión según el mercado. Sin embargo, Delgado alerta que este ajuste podría disparar los ingresos hospitalarios, hoy contenidos por un modelo de atención que ha sido referente en la región. El sistema de diálisis en Ecuador, considerado ejemplar por su eficiencia, podría colapsar si no se resuelve pronto esta crisis financiera que ya pone en riesgo vidas humanas.