
El Gobierno de Daniel Noboa ha recibido la aprobación técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la segunda revisión del acuerdo crediticio, lo que abre la puerta a un nuevo desembolso de aproximadamente USD 410 millones. A la par, las autoridades ecuatorianas han solicitado un aumento de USD 1.000 millones sobre el monto inicial del programa, elevando el total potencial de financiamiento a USD 5.000 millones. Esta ampliación se justifica como una respuesta a un contexto internacional más complejo, aunque plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del endeudamiento del país.
El FMI ha valorado positivamente las reformas emprendidas por el Ejecutivo, especialmente el incremento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la liberalización del precio de los combustibles, medidas que han generado críticas por su impacto directo en el costo de vida de la población. A pesar de enfrentar severas crisis internas como la inseguridad y los apagones, el Gobierno mantiene su compromiso con un ambicioso plan de reformas fiscales y estructurales.
Si bien el respaldo del FMI puede interpretarse como un voto de confianza en la política económica de Noboa, también representa una profundización de la dependencia externa y la imposición de medidas de ajuste que recaen, en muchos casos, sobre los sectores más vulnerables. La aprobación final del Directorio del FMI definirá si se concreta el nuevo desembolso, pero la discusión de fondo sigue siendo hasta qué punto estas políticas, aplaudidas desde el exterior, responden a las necesidades reales del país.
Fuente: BN Periodismo