
Pakistán atraviesa una emergencia nacional tras semanas de intensas lluvias monzónicas que han dejado al menos 221 personas muertas y casi 600 heridas desde finales de junio. Las autoridades advierten que las precipitaciones continuarán hasta el 25 de julio, con riesgo de inundaciones urbanas y deslizamientos en regiones montañosas del norte.
Las zonas más afectadas incluyen Khyber Pakhtunkhwa, Sindh y Gilgit-Baltistán, donde viviendas colapsadas han causado la mayoría de muertes, incluyendo a menores. En Punjab, la provincia más poblada, se reporta el mayor número de víctimas. Además, unas 800 viviendas y 10 kilómetros de vías quedaron destruidas, mientras más de 450 personas han sido rescatadas.
Pakistán, altamente vulnerable al cambio climático, revive el trauma de 2022, cuando una catástrofe similar dejó más de 1.700 fallecidos.
Fuente: Primicias