Este jueves, en la ciudad ecuatoriana de Cuenca, se llevará a cabo una marcha organizada por indígenas, trabajadores y jóvenes como parte de la Contra Cumbre de los Pueblos en Resistencia. Este evento alternativo desafía la XXIX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se celebra bajo el lema «Innovación, Inclusión y Sostenibilidad».
Mientras los mandatarios se reúnen para discutir políticas globales, las organizaciones sociales exigen un cambio en las políticas públicas que afectan tanto a los sectores populares como al medio ambiente. Ricardo Naranjo, vicepresidente del Frente Popular, señaló que la Cumbre oficial carece de legitimidad debido a la ausencia de varios líderes importantes, lo que debilita su capacidad para definir políticas efectivas.
Como parte de la Contra Cumbre, los participantes realizarán una movilización por las calles de Cuenca, una ciudad que ha incrementado la presencia policial debido al evento oficial. La Policía Nacional ha desplegado a 2.400 agentes para garantizar la seguridad de la Cumbre Iberoamericana.
El alcalde de Cuenca, Christian Zamora, advirtió a los manifestantes que las protestas deben realizarse lejos de la sede de la Cumbre. En respuesta, Rubén Lema, presidente de la Unión Nacional de Educadores de Azuay, hizo un llamado al gobierno para que permita que las demandas de los pueblos sean escuchadas sin recurrir a la represión.
El día anterior, durante las mesas de trabajo de la Contra Cumbre, se adoptaron varias resoluciones, entre ellas, la defensa de la educación pública en todos sus niveles, la unidad de las organizaciones sociales, la exigencia de un seguro social universal, así como una auditoría integral de las concesiones mineras otorgadas por el gobierno. También se expresó el rechazo a la ampliación de las actividades extractivas en el país.