Las líneas de buses 49 y 114, que operaban en el sector Flor de Bastión, distrito Nueva Prosperina, suspendieron sus servicios desde el 1 de mayo debido a una ola de extorsiones atribuidas a una facción del grupo delictivo Los Tiguerones, considerado organización terrorista por el gobierno ecuatoriano.

Los transportistas denuncian amenazas constantes, exigencias de pagos de “entrada” de hasta 25.000 dólares y cuotas mensuales de 3.000 dólares para seguir operando. El miedo se intensificó tras varios ataques armados, como el ocurrido el pasado 30 de abril, cuando Plácida Luna, de 54 años, fue asesinada dentro de un bus de la línea 49 mientras pagaba su pasaje.

Nueva Prosperina, uno de los sectores más peligrosos de Guayaquil, registra cerca de 300 muertes violentas en lo que va del año. La suspensión del transporte ha dejado a cientos de usuarios sin servicio, obligándolos a caminar largas distancias hasta vías principales para tomar otras rutas. Las autoridades investigan el accionar de esta nueva facción criminal, mientras la ciudadanía exige medidas urgentes para garantizar su seguridad.

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