En medio del primer debate legislativo sobre el proyecto urgente enviado por el presidente Daniel Noboa para enfrentar las economías criminales, el legislador Sergio Peña denunció públicamente su exclusión del movimiento Revolución Ciudadana (RC) y la tensa situación interna del bloque.

Peña, cuyo escaño fue reubicado dentro del hemiciclo legislativo lejos del sector del exministro Ricardo Patiño, confirmó que actuará de ahora en adelante como asambleísta independiente. Cuestionó duramente el liderazgo del correísmo, al que acusó de estar dominado por un pequeño grupo de dirigentes que imponen decisiones autoritarias, entre ellos la excandidata presidencial Luisa González y la expresidenta de la Asamblea, Viviana Veloz. En particular, relató que cuando se propuso su nombre para integrar el Consejo de Administración Legislativa (CAL), Veloz bloqueó su postulación con una advertencia:

Si no voy yo, no va nadie.

Peña también denunció que el correísmo no lo respaldó para integrar ni el CAL ni el Comité de Ética, aunque este último cargo lo consiguió con votos de otras bancadas. Marcela Aguiñaga, también del movimiento RC, reconoció que la organización atraviesa una crisis marcada por egos y actitudes impositivas.

Peña, visiblemente decepcionado, comparó el futuro del correísmo con el extinto Partido Roldosista Ecuatoriano si no se producen cambios internos reales. Sobre su postura en la ley económica urgente, Peña aclaró que aunque votó a favor del primer informe gracias a que se incorporaron algunas de sus propuestas, no garantiza su apoyo en el segundo debate si el texto no se mejora sustancialmente.

No es un cheque en blanco

advirtió

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